
Por: Isabel Castro Molina. Dirigente sindical. Fundación Chile Marruecos.
El representante del frente polisario en Chile ha escrito: “Marruecos normaliza relaciones con Israel a cambio que el imperialismo le reconozca soberanía sobre el Sahara. Una burda maniobra en contra del pueblo Saharahui. Una doble traición contra los pueblos Saharaui y palestino”.
El tweed, enviado a dirigentes políticos y sociales de Chile y otros países con tamaña mentira no debiera merecer siquiera una respuesta de quienes, en forma seria y responsable, somos solidarios con la causa del pueblo palestino, tal como lo es Marruecos como país en general y el rey Mohammed VI en particular. Los hechos así lo demuestran.
Cuando se hace el anuncio del restablecimiento de relaciones entre Marruecos e Israel, llamó la atención de muchos, algunos bien intencionados, que fueron sorprendidos por la noticia y también por el uso oportunista y maliciosos que, a través de redes sociales, intentan darle a este importante y positivo hecho los representantes del polisario, con la clara intención de revertir y desprestigiar con mentiras un hecho positivo, como es acercar propuestas de paz para lograr una solución definitiva al conflicto, sin que ello signifique renunciar a sus demandas históricas, lo que se hace con conocimiento de la autoridad palestina.
El mensajero de la mentira no dice que el mismo 10 de Diciembre el rey de Marruecos, Mohamed VI, habló del tema con el presidente de la autoridad nacional palestina, Mahmud Abbas, para analizar los alcances de este acuerdo y la posibilidad real de una solución pacífica del conflicto, aclarando en un comunicado oficial que “el apoyo de Marruecos a la causa palestina y una solución de dos estados sigue inalterable” y agrega, “el rey considera que las negociaciones entre palestinos e israelíes son la única vía para alcanzar una solución definitiva, duradera y global a este conflicto. Igualmente, en su calidad de presidente del Comité Al Qods, ha insistido en la necesidad de preservar el estatus especial» de Jerusalén y de «respetar la libertad de practicar los ritos religiosos» de las tres grandes religiones monoteístas”.
Lo anterior es reflejo de una relación fraternal entre el monarca de Marruecos y la autoridad nacional palestina que lleva muchos años, lo que también se refleja en el mundo diplomático, donde las embajadas de Marruecos, y en todo el planeta, entre los que se cuenta Chile por supuesto, ha sido el pilar más transparente, desinteresado y firme con que cuenta Palestina en todos los continentes.
La declaración de la casa real de Marruecos emitida el 10 de diciembre termina diciendo que: “Marruecos no renunciará jamás a su papel en la defensa de los derechos legítimos del pueblo palestino».
Por lo señalado, con respaldo de documentos y hechos, ofende que con mentiras se intente mezclar la noble causa palestina, con un grupo que se encuentra investigado en tribunales internacionales por graves crímenes de lesa humanidad, robo de ayuda humanitaria, asesinato de disidentes y desaparecidos de su propia organización, entre cuyas víctimas se encuentran secuestradas numerosas mujeres en campamentos situados en territorio de Argelia, donde son violadas y hacinadas como esclavas en condiciones infrahumanas, tal como ha sido denunciado por las propias víctimas ante la alta comisionada para los Derechos humanos en Ginebra. Estos crímenes, como mujer y dirigente social, nos violentan y motiva para desenmascarar tanta mentira que se lanza contra Marruecos, país donde los derechos humanos, al trabajo, la educación, la salud y especialmente los de la familia y la mujer se encuentran protegidos y consagrados en su constitución.
Sobre una ficticia guerra de liberación, en lo cual han creído un par de parlamentarios, por desconocimiento, oportunismo o ignorancia, lo cierto y los hechos así lo demuestran, es que esta ficción la utilizan representantes del polisario para distraer la atención y ocultar las graves denuncias presentadas en su contra en tribunales por violaciones a los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y otros delitos, donde el común denominador para distribuir estas mentiras, con identidades y sitios falsos, es a través de redes sociales.
Quienes ejercemos cargos en el mundo sindical, a nivel local y nacional, con una representatividad a toda prueba, no podemos guardar silencio frente a esta escalada de falsedades, como es el burdo intento de mezclar la justa lucha del pueblo palestino, como antes trataron de hacerlo con mapuches, con una banda de mercenarios descalificados moralmente para opinar sobre estos temas, en los cuales, quienes ejercemos cargos de responsabilidad en la sociedad civil, en mi caso el mundo sindical y por respeto a nuestros representados, debemos ser claros al defender causas justas, los derechos humanos y manifestarnos públicamente en contra del secuestro de mujeres en cualquier lugar del mundo, especialmente y como lamentablemente ocurre, en los campamentos de refugiados de Tindfuf, ubicados en territorio de Argelia y en lo cual los organismos internacionales de derechos humanos y las Naciones Unidas debieran intervenir para terminar con estos crímenes y rescatar de allí a quienes sufren