El acto de entrega de la XVIII Edición de los Premios Familia tuvo lugar en la sede de DATO 43 y premió con 500 euros las buenas prácticas desarrolladas en familia tituladas: “El capitán Cocinillas masca patatas”, “Viajando confinados” y “Haciendo buen uso de las tecnologías”.
La Fundación organiza desde hace 18 años los Premios Familia con el objetivo de reconocer, promover y premiar actuaciones que contribuyan al desarrollo de buenas prácticas en el entorno familiar y a la mejora de la sociedad en general.
Este año, marcado por el coronavirus, La Fundación ha querido conocer las buenas prácticas de las familias en el uso de las nuevas tecnologías (Redes Sociales, WhatsApp, video llamadas, etc…) y especialmente, cómo se han utilizado durante el confinamiento para comunicarse, trabajar, estudiar, relacionarse o divertirse.
El uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías ha aumentado de manera exponencial durante el confinamiento y por ello, ha elegido esta temática con el fin de reflexionar en familia y recapacitar sobre cómo se utilizaban antes, durante y después de la cuarentena, si nos han facilitado las cosas y si nos han alejado o acercado a la gente.
Se recibieron un total de 33 candidaturas y se entregaron 3 premios de 500€ a los trabajos de las familias ganadoras tras la deliberación del jurado compuesto por personal de Gobierno Vasco, Diputación Foral de Álava, Ayuntamiento de Vitoria- Gasteiz, AMPA San Viator, Hirukide, Instagramers Gasteiz y La Fundación San Prudencio.
El acto de entrega se realizó ayer jueves 5 de noviembre a las 19:00 y contó con la actuación del Mago Lekim en el Auditorio de la sede de La Fundación en DATO 43 que para esta ocasión restringió su acceso únicamente a las familias premiadas

RESUMEN DE LOS TRABAJOS PREMIADOS:
Buena práctica: “EL CAPITÁN COCINILLAS MASCA PATATAS”
Durante el confinamiento el niño de esta familia inventó y creó su propio
personaje y sus propias aventuras que plasmaba en papel. Inicialmente,
ilustró, escribió, fotocopió y maquetó 5 ejemplares, para distribuir en el
vecindario, y cada vez que recibía una respuesta con comentarios su cara se
iluminaba. Viendo la buena acogida que tuvo, empezaron a hacer entregas
semanales entre sus vecinos, las respuestas de los vecinos le animaban a
seguir inventando historias. En papel el número de personas al que lo podían hacer llegar era pequeño, por lo que decidieron digitalizar los comics y los mandaban por WhatsApp a amigos y familiares.
Cada mensaje recibido era un contacto, aunque sea virtual con las personas
que forman parte de su vida.
Gracias a esta iniciativa, ha adquirido habilidades de escritura, dibujo,
paginación, dimensión, narración, expresión oral y ha podido estar en
contacto con sus seres queridos durante el confinamiento.
Buena práctica: “VIAJANDO CONFINADOS”
Este matrimonio vio la necesidad de establecer horarios y rutinas durante el confinamiento para evitar alteraciones del sueño, rabietas o cambios de
humor de su hija de 4 años.
Hicieron manualidades, experimentos, cocinaron, pero la niña seguía sin
poder calmar su espíritu viajero.
Decidieron todos los días a través de Google Earth y Google Street View, ir a
diferentes lugares del mundo desde la Estatua de la Libertad a la Alhambra
de Granada o al Museo de Bellas Artes de Vitoria.
La experiencia ha sido tan satisfactoria que siguen haciendo estos viajes
virtuales después del confinamiento.
Buena práctica: “HACIENDO BUEN USO DE LAS TECNOLOGÍAS”
Esta familia de músicos, formada por los padres y un hijo y una hija,
hicieron durante el confinamiento uso de las nuevas tecnologías en
diferentes ámbitos y realizaron interpretaciones vocales e instrumentales
que hacían llegar a sus familiares y amigos. Creaciones artísticas con video,
música, fotos y voz donde plasmaron y exteriorizaron los sentimientos y
emociones que fueron apareciendo durante el confinamiento.
Durante esos 3 meses, esta familia le quitó el miedo a las nuevas
tecnologías y ayudaron a salir adelante en momentos difíciles a otras
personas.