
Por: Juan Martín Fernández
Cuando se observa el funcionamiento del ser humano, de sus actos atroces y desiquilibrios mentales, nos damos cuenta de que algo no funciona correctamente en nuestra especie.
El resto de animales, aunque no posean consciencia o inteligencia desarrollada, si desmuestran poseer equilibrios en su conducta y su biología.
Por tanto, debemos hacernos algunas preguntas al respecto:
1- ¿Por qué somos la única especie terrestre que ha desarrollado consciencia e inteligencia?
2- ¿Por qué nuestra evolución ha sido tan acelerada?
3- ¿Por qué a pesar de nuestra inteligencia y grado de desarrollo tenemos tantas limitaciones biológicas?
4- ¿Por qué nuestra estructura del cerebro no funciona correctamente?
5- ¿Por qué el ser humano no está preparado para hacer frente a las enfermedades?
6- ¿Por qué no encontramos sentido a nuestra existencia?
Planteadas estas preguntas, habría que estudiar la posibilidad de que el ser humano no sea una especie en sí, sino una subespecie intervenida por otra superior. O lo que es lo mismo, una rata de laboratorio insertada en un entorno de estudio (la tierra).
¿Es la tierra un laboratorio de pruebas?
Y.., ¿Quién controla ese laboratorio y con qué finalidad?